¿Es una buena noticia el cierre de una ONG?

¿Es una buena noticia el cierre de una ONG?

En la línea de lo que comentaba al final de la entrada anterior, quiero reproducir aquí un artículo que llegó a mis manos en el año 2008. Como desde nuestros inicios éramos conscientes de que no habíamos fundado una ONG para que se hiciera eterna, me llamó la atención y lo guardé. Y ahora viene al caso.

No se si desde el 2008 habrán cerrado más ONGs con los criterios que barajamos nosotros, pero coincido que es toda una celebración, como dice la autora: “Una fiesta para recordar trabajo hecho y para agradecer las aportaciones de las personas que habían colaborado. ”

Y además, procuraremos gestionar el cierre de la mejor manera posible, al igual que hemos hecho durante los 25 años de funcionamiento.

Este era el artículo:

[ONGD-FAS] ¿Es buena noticia el cierre de una ONG? 20 de mayo de 2008

De Valentín García Gallego. Cruz Roja

Reproducimos el artículo de Xarxanet en el que Pilar Pujols explica que en todos los años que hace que trabaja con entidades sociales, sólo en una ocasión ha asistido a una fiesta de despedida y cierre, lo que puede ser algo bueno.

Pilar Pujol. 17/5/2008 Se dio el caso de que, al haber cambiado las condiciones del entorno, la misión de organización ya no tenía sentido, se había quedado obsoleta. Había un equipo hum prestigioso y todavía disponían de recursos, apoyos e instalaciones suficientes por poder seguir operando sin problemas. Delante de este hecho, estudiaron y revisaron el papel y la situación organizativa; hicieron unas sesiones de reflexión y varias consultas para recoger opiniones de pro y contras de seguir o de dejarlo. Analizaron alternativas y posibilidades como por ejemplo la de modificar los objetivos, la de cambiar de actividad y la de ampliar el alcance geográfico.

Pero todo les parecía muy forzado, así que decidieron dejarlo, distribuir activos a otras iniciativas y cerrar la barraca. Decidieron, también, que valía la pena celebrar este momento con una fiesta. Una fiesta para recordar trabajo hecho y para agradecer las aportaciones de las personas que habían colaborado.

Para mí es un caso insólito y aislado, de hecho no conozco directamente ningún otro.

El ciclo vital de las ONG

En la teoría de las organizaciones se hace el paralelismo entre los ciclos vitales de los seres vivos y el de las organizaciones. Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Las organizaciones, como artefactos constituidos y conducidos por humanos también se puede considerar que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Pero la muerte de una organización se vive como un fracaso y no como un paso natural. Esta se vive como la evidencia de una incapacidad para poder mantener un compromiso; se vive como si defraudáramos expectativas; o como si hiciéramos una traición al trabajo de quienes nos han pasado un relevo.

Oso decir que en las entidades del Tercer Sector la muerte se vive con más intensidad que en otros sectores, puesto que los vínculos emotivos simbólicos y relacionales son sus fundamentales. Hay autores que comentan que como las entidades tienen multiplicidad de objetivos y no se encuentran sometidas a la presión por unos resultados concretos y definidos, se pueden mantener las constantes vitales sin necesidad de tener clara su razón de ser.

¿Y si fuera una empresa?

Si una empresa tiene pérdidas se ve obligada a cerrar (aún cuando el proceso puede ser más o menos largo). En una entidad, en cambio, cuando la organización pierde el sentido pasan otras cosas, las que he conocido más habitualmente son:

• Que se acabe como el rosario de la aurora. Un hecho que lo ejemplariza es que en la mayor parte de casos se descuida hacer el trámite de darse de baja en los registros formales (no hay ánimo por hacerlo o simplemente ya no queda nadie).

• Se sigue operando como si tuviera sentido con la voluntad de mantener el espíritu y la llama del pasado. Si una organización continúa es que tiene sentido para alguien. Quizás el objetivo de la entidad pasa a ser que ésta sobreviva; a veces los objetivos secundarios o colaterales son suficientes para justificar la continuidad. En estos casos, la gente va llenando el tiempo con luchas internas, malestares, tensiones, con mucha insatisfacción por la baja capacidad de convocatoria y por las actividades desconectadas y con poco sentido.

Pese a que la situación sea nefasta puede llegar a durar años y años. Tanto en un caso como en el otro el resultado es que el peso del fracaso crece, y el de los éxitos y hitos logrados se amortigua… hasta que, evidentemente, no queda ningún motivo para celebrar nada.

¿Es fácil llevarlo a cabo?

La muerte de una organización no es nunca fácil. Un hecho que demuestra esta afirmación es que en libros de gestión, cuando se hace referencia a los ciclos vitales de la organización y se habla de las fases por las que pasa una organización, se hacen pocas referencias a los cierres. Si no se tiene presente, ¿cómo se puede estar preparado?

Creo que hace falta trabajar la finalización como una pérdida. Los conceptos e instrucciones sobre como elaborar el luto nos pueden dar orientaciones de como afrontar estos momentos para que no sean más duros de la cuenta.

Esperanza

Que bien si pudiéramos leer noticias como por ejemplo: -La entidad…., tras años trabajando en el campo de …, para conseguir un mundo más justo, invito a sus socios y socias, voluntariado, finanzadores y finanzadoras y personas usuarias a una celebración de despedida.

El acto consistió en una exposición de vídeos, fotografías de los proyectos y hitos logrado: contó con la presencia del alcalde y autoridades del pueblo. La presidenta hizo un parlamento y un grupo de voluntarios preparó una actuación sobre el trayecto vivido en la entidad que fue muy emotiva.

La asistencia superó el aforo del local, hecho que hizo que se congregara gente en la plaza de enfrente, continuando allí la fiesta. Los que asistieron destacaron que les hizo mucha ilusión reencontrar viejos compañeros y recordar bellos tiempos-

Así que qué crees tú, ¿Es una buena noticia el cierre de una ONG?

Publicación escrita por: Esther Millán